Hay una realidad de la cual no somos siempre conscientes: Somos seres “sintientes”.
Desde pequeños nos enseñan a olvidarlo, a bloquearlo… “No llores”, “No te quejes”, “No chilles”, “Eso no se dice así… “, “Vas a molestar… “, “¿Por qué te comportas de esa manera?” …, “Deja ya de enredar…”, “ No estés triste…”.
Continuamente se nos dan órdenes y pautas para bloquear la expresión de nuestras emociones y sentimientos. Sin que esto vaya, en la mayoría de los casos, acompañado de una guía de reconducción o canalización de toda esa energía bloqueada, vetada. La guía de conducta queda definida por el veto, con sus subsiguientes conflictos. Todo eso no se puede hacer, no es correcto… No está bien visto, no es aceptable…
Uno aprende a ser lo que se espera que sea o lo que se supone que has de ser, decir y “sentir”. Por mera observación y repetición de los patrones de los adultos. Porque a menudo nuestros padres, tampoco saben qué hacer con sus propias emociones. Tampoco aprendieron. Así, nos convertimos en “monos de repetición”, robotitos… Seguidores de otros robotitos…
¿Qué ocurre con todo lo que no expresamos, lo que aprendemos a reprimir?
Todo eso se queda dentro, acumulándose en nuestro interior. En forma de energía constricta, no liberada… Son como piedras, quistes, que cargas toda tu vida…
Un cúmulo de emociones no liberadas… La tristeza no expresada en el momento natural de un duelo por una pérdida o una separación…; la risa reprimida por que no era ni el momento ni el lugar “adecuado”; el dolor por una experiencia incomprendida, no asimilada… Representan una perturbación del equilibrio natural, provocando un consumo energético del cual no somos conscientes. Y que en nuestra vida adulta acabamos llamando: pereza, procrastinación, aburrimiento… Incluso ansiedad o depresión. Cuando en realidad solo es falta de energía, de movimiento, porque el movimiento natural está bloqueado en el subconsciente.
Estos bloqueos se manifiestan no solo a niveles mentales y emocionales… sus síntomas son también físicos. Y, a menudo, solo son estos los que identificamos, sin ver lo que hay detrás… Dolores de espalda, de estómago, de rodillas, lumbalgias, dificultad respiratoria, trastornos del sueño, fatiga… y un largo etcétera.
“ALL LOVE” nos ayuda a:
- Volver a reconectar con nuestra naturaleza sintiente: sensible y sensitiva.
- Reconocer nuestras emociones bloqueadas y ver que son propias.
- Recuperarlas, permitirlas y liberarlas por completo, definitivamente.
- Desaprender todo lo que has aprendido con respecto al ‘sentir’.
- Ver los mecanismos adaptativos y defensivos de la mente, para no soltar el dolor, el sufrimiento y perpetuar el patrón.
¿Cómo funciona un taller y como terapia?
Los talleres del All love, constituyen experiencias, profundas y transformadoras. A través del sistema ideado por su creador, Patrick Ziegler, se recorren diferentes etapas para acceder a esta energía (SKHM) y activar la conexión que permite todo el trabajo. Combinado con técnicas complementarias de liberación de bloqueos, respiración, trabajo con los chakras… etc.
En este trabajo podrás:
- Aprender por ti mismo a conectar con la fuente.
- Crecer y evolucionar, a tu ritmo, con nuestro apoyo y la orientación que necesites.
- Técnicas para localizar y liberar bloqueos.
- La posibilidad de movilizar y activar nuestro chacra corazón, e ir alcanzando lo que llamamos coherencia cardiaca.
- Activar la conexión Shen, el canal de flujo entre nuestro chacra corona y nuestro corazón.
Y todo aquello que tú simplemente te permitas…
La energía afecta a los participantes en todos los niveles diferentes. Como facilitador, es nuestro trabajo ayudar a maximizar su experiencia. Prepararles para que, cuando la experiencia esté ocurriendo, se relajen y la permitan y se adentren por completo en ella. Sabiendo que todas esas sensaciones nuevas que afloran, son parte de la experiencia de la energía activada y de la propia persona. Y que esto se va a mover a todos los niveles:
- Físico
- Emocional
- Mental
- Espiritual
¡Libera por fin complejos bloqueos! Y siente lo que queda después: ¡Lugar, espacio!
Para ser lo que verdaderamente eres, para ser tú mismo. Para dar paso al amor, a la abundancia, a lo bueno y hermoso que la vida tiene para ti.
Como terapia, este mismo trabajo se realiza de forma individualizada y totalmente personalizada. Del mismo modo que la energía se mueve de una manera tremenda al configurar un grupo. Creándose una suerte de maya o red de profunda conexión entre todos los participantes, que moviliza y genera un crecimiento de la energía beneficioso para todos y el proceso de cada uno. En el trabajo terapéutico se crea un profundo vinculo y corriente energética, entre el terapeuta y la persona a la cual le está facilitando y acompañando en ello.
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Patrick y All Love
Patrick Zeigler, su fundador, dice que “All Love es una energía que está dentro de cada persona. Es la energía del Amor que te conecta con el Universo”. A través de All Love nos conectamos con la Fuente, el Origen, y entonces recordamos el verdadero propósito de nuestra vida.
El sistema SKHM (ALL LOVE) o “Todo amor” es una herramienta de desarrollo personal, que desbloquea y libera viejas energías negativas o constrictas. Y deja el espacio energético, físico, mental y emocional; para el amor incondicional del Universo. Aquello que verdaderamente somos.
Constituye además, según el propio Patrick, la energía espiritual originalmente usada por los antiguos egipcios para la sanación y crecimiento espiritual. Y fue redescubierta por él mismo en 1980 cuando pasó la noche dentro de la Gran Pirámide en Egipto (Guizah). Durante la cual experimentó una iniciación espontánea.
Gracias a él, está ahora de nuevo a nuestro alcance.